Los Pie tuvo un regreso colosal (El Territorio)


Posadas. El regreso de Los Pie tuvo dimensiones colosales. La convocatoria fue insólita, puesto que colmó la Casa Paraguaya con más 400 espectadores, y el repertorio superó estoicamente las tres horas en vivo con una treintena de canciones. Ni siquiera las dificultades del sonido corrompieron este momento especial, luego de cinco años de la última presentación de Los Pie, cuando telonearon a Divididos en el club Mitre.

Comenzaron muy tarde, cuando la Casa Paraguaya ya estaba atiborrada de público. Fue así que pasada la medianoche, subió a escena Oscar Samaniego, el personaje paraguayo y presentador irreverente de Los Pie. Vestido con su típico traje blanco, con lentes de sol y su mascota, la viborita de hule "Billy Chipa Cuerito Kid", Samaniego repartió algunos chistes para entretener a la gente y luego, con alusión a la introducción que existe en un disco de los norteamericanos Jane's Addiction, llegó el momento de dar pie a Osvaldo de la Fuente (guitarra), Javier Chemes (voz), Lito Dartois (batería) y Daniel González (bajo) de la siguiente manera: "Nosotros tememos más influencia en tus gurises de los que vos tenés, desde El Patotí y para todos…¡Los Pie!".

Arrancaron con Higher Ground, de Stevie Wonder, pero tuvo una afamada versión de los Red Hot Chilli Peppers, una de las bandas de rock referentes de Los Pie, como así lo siguen siendo los Living Colours. Justamente, al menos tres canciones de ese grupo norteamericano se escucharon durante noche.

Tras interpretar canciones como Eye by Eye, Heroes and Graves, Stand by me y una apreciada versión de Bad, de Michael Jackson, Chemes agradeció a todos: "Sabíamos que podíamos contar con ustedes", dijo en uno de los pocos momentos que se dirigió así al público, porque durante toda la noche, se encargó de cantar antiguas canciones y que fueron representativos durante la década del noventa, cuando existían espacios como El Almacén, la Sala de Señoras de la ex estación de trenes, El Desván. Eran lugares en el que confluía un extracto social más que pasaban por los bohemios, músicos, escritores, actores y por supuesto estudiantes universitarios. Pero para los más jóvenes hubo un toque moderno, cuando Los Pie sumaron a su repertorio canciones de bandas más contemporáneas, como The Strokes y Kaiser Chiefs.

El final se vino como era predecible: Ana Zabala, el clásico funk de Los Pie con toques de punk pero que culmina vertiginosamente a ritmo carioca. Para ese momento, la emoción y la alegría eran tan evidentes que resultó casi imposible mantenerse quieto.

El lustro de silencio parecía mucho más de la cuenta pero durante el concierto la sensación del tiempo se alivianó y las clásicas canciones se tornaron tan sustentables como si fuesen recién estrenadas.